Carta al ciudadano 6.000.000.000 ... o a cualquier otro, a cualquiera de nosotros

En 1999, la población humana de la Tierra alcanzó la cifra de los 6.000.000.000
La O.N.U. había declarado el día 12 de octubre Día del ciudadano 6.000 millones y para celebrar tal acontecimiento y tal día, se había pedido a una serie de reconocidos escritores del mundo una colaboración que, reunidas bajo la forma de un libro, apareciera precisamente en esa fecha.

El escritor SALMAN RUSHDIE presentó la siguiente epístola:


Carta al bebé 6.000 millones

Querida personita seis mil millones: Como miembro más reciente de una especie que destaca por su curiosidad, es probable que no pase mucho tiempo antes de que empieces a formular las dos preguntas de los sesenta y cuatro mil dólares con las que los demás 5.999.999.999 de nosotros llevamos algún tiempo peleándonos:
-«¿Cómo llegamos aquí?»
-«Y, ahora que estamos aquí, ¿cómo viviremos?»

Por extraño que parezca, por si seis mil millones no fuéramos bastantes, con casi toda seguridad te sugerirán que la respuesta a la pregunta de nuestro origen exige que creas en la existencia de un ser distinto, invisible, inefable, que se encuentra «en algún lugar, allá arriba»; un creador omnipotente a quien nosotros, pobres seres limitados, somos incapaces de percibir, y mucho menos comprender. Es decir, te animarán encarecidamente a imaginar un cielo, habitado por un dios, como mínimo.

Este dios del cielo, según se dice, creó el universo revolviendo su materia en una olla gigante. O bien bailó. O bien vomitó la creación de su propio interior. O bien se limitó a decir que se hiciera y, hete aquí, que se hizo.

En algunas de las historias más interesantes de la creación, ese único poderoso Dios del cielo se subdivide en muchas fuerzas menos importantes, divinidades menores, avatares, antepasados metamórficos gigantescos cuyas aventuras crean el paisaje, o los panteones crueles, entrometidos, licenciosos y caprichosos de los grandes politeísmos, cuyos actos alocados te convencerán de que el motor real de la creación fue el deseo: de poder infinito, de cuerpos humanos demasiado quebradizos, de aureolas de gloria.

Pero es de justicia añadir que también hay historias que transmiten el mensaje de que el principal impulso creador fue, y es, el amor.
Muchas de estas historias te parecerán muy bellas y, por lo tanto, seductoras. Por desgracia, sin embargo, no tendrás que reaccionar de modo puramente literario a ellas. Sólo las historias de las religiones muertas pueden valorarse por su belleza. Las religiones vivas son mucho más exigentes. Así que te dirán que la creencia en tus historias, y la observancia de los rituales de culto que han surgido a su alrededor, deben convertirse en una parte fundamental de tu vida en este concurrido mundo.

Las llamarán el corazón de tu cultura, incluso de tu identidad individual. Es posible que en algún momento te parezcan ineludibles, no en la forma en que la verdad lo es, sino más bien como una cárcel de la que uno no puede evadirse. Puede que en algún momento dejen de parecerte textos que los seres humanos han empleado para resolver un gran misterio, y en cambio te parezcan pretextos para que otros seres humanos, ungidos como es debido, te den órdenes. Y es cierto que la historia humana abunda en la opresión pública que ejercen los aurigas de los dioses. Según la gente religiosa, sin embargo, el consuelo particular que la religión proporciona compensa con creces el mal que se inflige en su nombre.

A medida que los conocimientos humanos han ido aumentando, también se ha vuelto evidente que todas las historias religiosas sobre cómo hemos llegado aquí son, sencillamente, falsas. Eso es, finalmente, lo que todas las religiones tienen en común. No lo entendieron bien. No hubo ni revolvimiento celestial, ni danza del Creador, ni vómito de galaxias, ni antepasados serpiente o canguro, ni Valhalla, ni Olimpo, ni seis días de magia seguidos de uno de descanso. Falso, falso, falso.
Sin embargo, hay un punto que resulta de lo más extraño. La falsedad de los relatos sagrados no ha disminuido en lo más mínimo el fervor de los devotos.
Más bien, la sandez total y desfasada de la religión lleva a sus adeptos a insistir con mayor estridencia aun en la importancia de la fe ciega.

Por cierto, como consecuencia de esta fe, en muchas partes del mundo ha resultado imposible impedir que la cantidad de miembros de la raza humana aumente de modo alarmante. La culpa de esta superpoblación, por lo menos en algunas zonas del planeta, la tienen los malos consejos de los guías espirituales. En tu propia vida, es muy posible que asistas a la llegada del ciudadano nueve mil millones del mundo. Si eres indio (y tienes una entre seis probabilidades de serlo) estarás vivo cuando, gracias al fracaso de los planes de planificación familiar, en esa tierra pobre y temerosa de Dios, la población supere a la de China.
(Si bien muchas personas nacen como consecuencia, en parte, de las restricciones religiosas al control de la natalidad, también muchos seres humanos mueren a causa de la cultura religiosa que, al negarse a enfrentarse a los hechos de la sexualidad humana, también impide que se combata la propagación de las enfermedades de transmisión sexual).

Hay quienes te dirán que los grandes conflictos del nuevo siglo serán otra vez enfrentamientos religiosos, yihad y cruzadas, como lo fueron en la Edad Media. Yo no lo creo, al menos en la forma en que ellos se refieren. Mira el mundo musulmán, o mejor dicho, el mundo islamista, por usar la palabra acuñada para describir el actual brazo político del islam. Las divisiones entre sus grandes poderes (Afganistán contra Irán, contra Irak contra Arabia Saudí, contra Siria contra Egipto) es lo que impacta con más fuerza. Apenas hay nada que se parezca a un objetivo común. Incluso después de que la no islámica OTAN combatiera una guerra a favor de los albano-kosovares musulmanes, el mundo musulmán se demoró en aportar la tan necesitada ayuda humanitaria.

Las verdaderas guerras religiosas son las luchas que las religiones libran contra los ciudadanos corrientes de su ámbito de influencia. Son guerras de los piadosos contra los muy indefensos; fundamentalistas americanos contra médicos a favor de la legalización del aborto, ulemas iraníes contra la minoría judía de su país, fundamentalistas hindúes de Bombay contra los cada vez más atemorizados musulmanes de esa ciudad.
Los vencedores de este enfrentamiento no deben ser los de miras estrechas que van al combate, como siempre, con Dios de su parte. Elegir la falta de fe es optar por el pensamiento por encima del dogma, confiar en nuestra humanidad en lugar de en todas esas divinidades peligrosas. Así pues, ¿cómo llegamos hasta este punto? No busques la respuesta en los libros de cuentos.

Los imperfectos conocimientos humanos pueden ser como una carretera llena de baches, pero son la única vía hacia la sabiduría que merece la pena conocer.
Virgilio, que creía que el apicultor Aristeo podía generar espontáneamente nuevas abejas a partir del cadáver putrefacto de una vaca, estaba más cerca de la verdad sobre el origen que todos los libros antiguos venerados.
Las sabidurías antiguas son las tonterías modernas. Vive en tu propio tiempo, usa lo que sabemos y, cuando crezcas, puede que por fin la especie humana crezca contigo y deje de lado las cosas infantiles.
Como dice la canción, «it's easy if you try» («es fácil si lo intentas»).

En cuanto a moralidad, la segunda gran pregunta (¿cómo vivir?, ¿qué está bien y qué está mal?) se reduce a tu disposición a pensar por ti mismo Sólo tú puedes decidir si quieres que los sacerdotes te dicten las leyes, y aceptar que el bien y el mal son algo externo a nosotros mismos. A mi entender, la religión, incluso en su forma más sofisticada, infantiliza esencialmente nuestro yo ético al establecer unos árbitros morales infalibles y unos tentadores inmorales irredimibles por encima de nosotros; los padres eternos, buenos y malos, brillantes y oscuros, del reino sobrenatural.

¿Cómo va a haber entonces elecciones éticas sin un reglamento o juez divino? ¿Es la falta de fe el primer paso en el largo declive hacia la muerte cerebral del relativismo cultural, de modo que muchas cuestiones insoportables (la ablación del clítoris, por mencionar sólo una) pueden excusarse por motivos culturales, y la universalidad de los derechos humanos puede asimismo ignorarse? (Esta última muestra de desmoronamiento moral encuentra seguidores en algunos de los regímenes más autoritarios del mundo y también, de modo desalentador, en los artículos de opinión de Daily Telegraph).

Pues no, no lo es, pero las razones que llevan a tal conclusión no son claras. Sólo la ideología de línea dura es clara. La libertad, que es la palabra que yo uso para la posición ética-secular, es inevitablemente más confusa. Sí, la libertad es ese espacio donde puede reinar la contradicción, es un debate infinito. No es en sí la respuesta a la pregunta sobre la moral, sino la conversación sobre esa pregunta.

Y es mucho más que el mero relativismo, porque no es meramente una tertulia infinita, sino un lugar donde se elige, donde se definen y se defienden valores. La libertad intelectual, en la Historia europea, ha significado sobre todo la libertad respecto a las limitaciones de la Iglesia, no del Estado. Esa es la batalla que libraba Voltaire, y es también lo que los seis mil millones podríamos hacer por nosotros mismos, la revolución en que cada uno de nosotros tendría su pequeña seis mil millonésima parte; de una vez por todas podríamos negarnos a dejar que los sacerdotes y las ficciones, en cuyo nombre afirman hablar, sean los policías de nuestras libertades y nuestra conducta. De una vez por todas, podría devolver las historias a los libros, devolver los libros a los estantes e interpretar el mundo sin dogmas ni complicaciones.

Imagina que el cielo no existe, mi querido seis mil millones, y de inmediato verás el cielo abierto.

S. RUSDHIE, Octubre 1999





El hombre del tanque

En la mañana del 5 de junio de 1989, en Pekín, la capital china, en la Avenida de Changan, a unos cientos de metros de la plaza de Tiananmen, la plaza de la Puerta de la Paz celestial, un hombre, a pie, solitario, con camisa blanca y lo que parece unas bolsas en la mano, se sitúa frente a una columna de tanques que, en formación de combate, se dirigen hacia la plaza.

Desde el 15 de abril, con la muerte de un líder de un líder reformista del omnipotente Partido Comunista Chino, la plaza ha sido tomada por miles de estudiantes, trabajadores y funcionarios, para expresar su dolor por el fallecimiento. Poco a poco la movilización se torna en una protesta contra un régimen que ya no puede esconder su cara totalitaria. Durante más de 45 días en la plaza resuenan las palabras de Libertad y Democracia. En la noche del 3 de junio, miles de soldados avanzan hacia ella dispuestos a poner fin a la protesta. Es el comienzo de la transformación de una plaza en una masacre.

Día y medio después de tan desigual combate, balas contra gritos, tanques contra pancartas, un nuevo contingente de tanques se dirige a la plaza a concluir la intervención. Y es entonces cuando aparece el desconocido y solitario hombre de la camisa blanca y las bolsas en la mano.

Se interpone al avance del primer tanque; éste intenta sortearlo pero el hombre le corta repentinamente el paso. Se detiene el tanque y con él el resto de la columna. Durante media hora persiste en su actitud, hasta que un grupo de hombres, vestidos de civiles, lo retiran a empujones mientras que los tanques prosiguen su camino.

Nunca se ha sabido quién era ese hombre. Por eso se le conoce como el hombre del tanque; también como el rebelde desconocido.


 
Avenida de Changan de Pekín. Cinco de junio, 1989. Los tanques han aplastado la revuelta estudiantil en las últimas 48 horas y los hospitales están desbordados ante el número de heridos. Algunos han perdido las piernas, aplastadas bajo los tanques. La rebelión ha muerto para todo un pueblo, menos para él.

¿Quién es?

Lleva un pantalón negro, camisa blanca y dos bolsas de plástico, como si viniera de la compra. Una fila de tanques T-59 trata de avanzar por la principal avenida de la ciudad, pero él se antepone y logra frenar su avance.

¿Quién es?

El primer tanque trata de esquivarlo y él se desplaza hacia un lado para ponerse de nuevo delante. Se sube al tanque y habla con el soldado que quiere avanzar, quizá tiene prisa por seguir disparando contra jóvenes desarmados. Aseguran que le dijo: "Vete, da la vuelta y deja de matar a mi gente".

¿Quién es?

Nadie lo sabe. Han pasado 19 años y sigue siendo simplemente el 'hombre tanque'. 'El rebelde desconocido'. 'El héroe de Tiananmen'. Si está vivo, quizá alguien le haya contado que fue nombrado por la revista Time uno de los '100 personajes más influyentes del siglo XX' y que su acción ha inspirado revueltas desde Indonesia a Ucrania. Pero no ha aparecido para reclamar su premio o recibir los aplausos. Unos los sitúan viviendo en el anonimato en alguna parte de la China rural, otros en el exilio de Taiwán y la mayoría bajo tierra, su osadía concluida de un disparo en la nuca.

¿Quién es?

Me gustaría preguntarle qué se siente cuando se actúa convencido de que un principio está por encima de la vida propia, si tenía miedo o éste había desaparecido engullido por la magnitud de aquella injusticia. ¿Acaso creíste que podías, tú solo, frenar al mayor Ejército del mundo, derrocar a la dictadura y devolver la vida a los caídos?

Tanques contra personas: parece desigual y lo es. Fuerza contra ideas. Parece injusto pensar que se pueda imponer la primera, pero ocurrió. Cientos de miles de estudiantes y ciudadanos de a pie dijeron basta al régimen comunista chino, tomando ese millón de metros cuadrados de historia que es la plaza de Tiananmen. Atrincherados, un grupo de líderes despóticos se vio en la encrucijada de perder el poder o disparar a su propia gente. Eligieron la segunda opción. El delito de las víctimas: haber osado enarbolar la bandera de la libertad.

China ha vivido desde entonces una transformación sin precedentes, ha sacado de la pobreza a cientos de millones de sus habitantes y empieza a ocupar el sitio que merece entre las potencias del mundo. Pero Tiananmen sigue importando porque es el símbolo de lo que no ha cambiado en todo este tiempo: pensar diferente, y sobre todo hacerlo en voz alta, se paga todavía con la cárcel.

"No fueron miles sino unos pocos cientos los muertos de Tiananmen", llevan años repitiendo los siempre comprensivos apologistas de una dictadura que nos les afecta directamente. Bien, fueron cientos pues. ¿Es eso más aceptable? "Gracias al régimen y su intervención, China es hoy el milagro económico que es", insisten. Más bien a su pesar, pensamos los que creemos que el mérito es del pueblo chino y no de un grupo de dictadores que cada cinco años se reeligen a sí mismos en el nombre de un comunismo que ha desaparecido.

Y parece legítimo preguntarse si volverían a sacar a los tanques en caso de que vieran amenazadas sus prebendas. Quizá un hombre sin nombre, recién llegado de la compra, se pondría frente a ellos para recordarles que hay cosas que no se pueden matar. Ni siquiera con tanques. Aquí estamos, 19 años después, y el héroe de Tiananmen sigue vivo, símbolo imperecedero de la lucha por la libertad y contra la opresión.

¿Quién es?

Importa más qué hizo.

David JIMÉNEZ ¿Dónde está el 'hombre tanque' de Tiananmen?
El Mundo.com

14ª Etapa: LA ETAPA ROTA/... y 7

¿Seréis capaces de recomponer unos trozos, de ensamblar unas piezas, de remendar unos fragmentos rotos y dispersos? ¿tendréis agujas y hilos figurados capaces de ir cosiendo, uniendo unos pedazos destrozados?

Pues ya mismo hay que demostrar si se es capaz porque esto ya ha terminado. Por fin, la etapa está completa.

La repasamos:



Empezábamos de este modo con las dos primeras piezas::

1.-
Un hombre que vive en una situación terrible, en una sociedad opresiva, tiránica, en un mundo absolutamente despótico y angustiado … y él, y solo él, parece consciente de esa dramática realidad.
2.-
Y eso que todo había comenzado mucho antes, unos cuantos siglos atrás, en una isla tan lejana como maravillosa…

Y entonces, se definió la TAREA, la primera tarea: buscar y encontrar a ese hombre referido.

3.-
Originariamente ese hombre estaba llamado a ser el último hombre…
4.-
…y lo que había comenzado en una isla maravillosa, se ha transformado precisamente en su opuesto; en el recordatorio de una amenaza, una premonición, en una advertencia, en el peor de los mundos…
5.-
un año … importante, célebre, …y juguetón, revoltoso en sus cifras …
6.-
Ya se nos había anunciado … y ahora aparece otro hombre, relacionado con el anterior, con el primero… Indio pero no del todo y además sin plumas, que anduvo por Indonesia sin ser indonesio, por París sin ser francés, por Barcelona sin ser catalán ni español … escurridizo como pocos, hasta se cambió el nombre…

y entonces, la TAREA empezó a cambiar, a ampliarse: ya no solo buscamos a un hombre sino que ahora además buscamos a otro. Dos hombres se convertían en el nuevo objeto de búsqueda.

7.-
Una declaración, … unas normas, unos mandamientos…
8.-…
 ¿y qué puede ocurrir cuando esa declaración se escribe, aparece escrita, y todos los que están vinculados con ella y en ella no saben leer?
Pues, sin duda, alguna, problemas…y más aún cuando solo uno sabe leer y encima es un burro

9.-
Para encontrar al primer hombre, el que estaba llamado a ser el último…
Una habitación, terrible, donde nunca se apaga la luz, de donde no se sale como se entra…
10.-
Y para hallar al segundo, muy relacionado con el anterior, como un padre se enlaza con su hijo…
Criticado a derecha e izquierda; para unos, un peligroso izquierdista; para otros, un retrógrado recalcitrante…

11.-
Un hombre, otro hombre, un tercer hombre, que nació en una isla y murió en otra, y que construyó a sangre y fuego el último gran imperio europeo, nos brinda un nombre que no tiene, por supuesto, en exclusiva.
12.-
Recortes que no son recortes sino ajustes; ejércitos que no son ejércitos sino fuerzas de pacificación, garantías para unos derechos que son en realidad limitaciones de esos mimos derechos … ¿cuánto falta para que el odio sea el amor, la paz la guerra, y la esclavitud la libertad?

Y ahora ya, la última pieza, el último fragmento, todos los añicos en que quedó rota la etapa original, están, por tanto, a la vista.

Ahí va el último; una fotografía:

13.-



RECAPITULAMOS:


La TAREA:

Dos hombres son el objetivo de la etapa.

1.- Uno, el primero,
Que vive en una situación terrible, una sociedad opresora, pero solo él parece consciente de esa miserable situación en que se vive,
Que originariamente iba a ser el último hombre
La situación, la sociedad en la que vive, había comenzado muchos años atrás en una isla maravillosa; y la isla, de ser extraordinaria, se transformó en una advertencia, en el peor de los mundos…
¿Quién es?

2.- El otro hombre, el segundo…
Muy pero que muy relacionado con el anterior, como un padre se relaciona con su hijo
Que se cambió el hombre y viajó por medio mundo; desde la India hasta Indonesia pasando por Cataluña, sin ser indio ni indonesio ni catalán.
¿Quién es?

Pero ya que estamos en faena, podríamos, - e incluso deberíamos – solucionar todo lo que puede quedar pendiente, atar de este modo todos los cabos

3.- ¿por qué estamos ante un año juguetón, revoltoso en sus cifras?
4.- ¿de qué isla venimos hablando, y qué pinta en todo esto?
5.- ¿por qué Napoleón Bonaparte no tiene su nombre en exclusiva?
6.- ¿qué pinta ahí esa mujer de la foto?

Y, por último, el último enigma, que queda por ahí descosido…
Una declaración, … unas normas, unos mandamientos…Y con ella, una inquietud: ¿qué puede ocurrir cuando esa declaración se escribe, aparece escrita, y todos los que están vinculados con ella y en ella no saben leer?
Pues, sin duda, alguna, problemas… ¿y cuál puede ser el mayor de los problemas?
La corrupción de la misma, la modificación perversa de su artículo principal, fundamental, más importante…
7.- ¿cuál es esa modificación maliciosa y siniestra del artículo más importante de la declaración?


PUNTUACIONES:
Encontrar a los dos hombres tan buscados e investigados, y teniendo en cuenta que hasta este momento dos exploradores-concursantes ya lo han logrado, y que otros dos más han hallado a uno de ellos…
25 puntos, para la tercera respuesta completa con los dos hombres debidamente encontrados
20 puntos para las cuarta – sexta respuestas completas
15 puntos para las sétima – décima respuestas completas
10 puntos para el resto

Pero además hay más cuestiones…

Primera respuesta completa de la serie de cuestiones (3ª – 7ª), 10 puntos
Segunda respuesta completa de la serie de cuestiones (3ª – 7ª), 8 puntos
Tercera – quinta respuestas completas de la serie de cuestiones (3ª – 7ª), 6 puntos
Sexta – décima respuestas completas de la serie de cuestiones (3ª – 7ª), 5 puntos
Resto respuestas completas de la serie de cuestiones (3ª – 7ª), 4 puntos

 
PLAZO: miércoles, 2 de mayo 2012, 20:00 horas



El 14 de marzo de 1883, en Londres, moría Karl MARX.
Y en el cementerio de Highgate de esa ciudad fue enterrado.

Desde 1954, con esta lápida y ese busto.



Dos citas aparecen en la lápida.

Proletarios del mundo, uníos; la famosa frase con la que concluye el Manifiesto del Partido comunista
y la undécima de las Tesis sobre Feuerbach:Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo


En su entierro, F. ENGELS, su amigo, compañero y colaborador, pronunció el siguiente discurso:

El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde , dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre.

Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia histórica han perdido con este hombre. Bien pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca.

Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo. Pero no es esto sólo. Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él . El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas.

Dos descubrimientos como éstos debían bastar para una vida. Quien tenga la suerte de hacer tan sólo un descubrimiento así, ya puede considerarse feliz. Pero no hubo un sólo campo que Marx no sometiese a investigación -y éstos campos fueron muchos, y no se limitó a tocar de pasada ni uno sólo- incluyendo las matemáticas, en la que no hiciese descubrimientos originales. Tal era el hombre de ciencia. Pero esto no era, ni con mucho, la mitad del hombre. Para Marx, la ciencia era una fuerza histórica motriz, una fuerza revolucionaria. Por puro que fuese el gozo que pudiera depararle un nuevo descubrimiento hecho en cualquier ciencia teórica y cuya aplicación práctica tal vez no podía preverse en modo alguno, era muy otro el goce que experimentaba cuando se trataba de un descubrimiento que ejercía inmediatamente una influencia revolucionadora en la industria y en el desarrollo histórico en general. Por eso seguía al detalle la marcha de los descubrimientos realizados en el campo de la electricidad, hasta los de Marcel Deprez en los últimos tiempos.


Pues Marx era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos. Primera Gaceta del Rin, 1842; Vorwärts* de París, 1844; Gaceta Alemana de Bruselas, 1847; Nueva Gaceta del Rin, 1848-1849; New York Tribune, 1852 a 1861, a todo lo cual hay que añadir un montón de folletos de lucha, y el trabajo en las organizaciones de París, Bruselas y Londres, hasta que, por último, nació como remate de todo, la gran Asociación Internacional de Trabajadores, que era, en verdad, una obra de la que su autor podía estar orgulloso, aunque no hubiera creado ninguna otra cosa.

Por eso, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Los gobiernos, lo mismo los absolutistas que los republicanos, le expulsaban. Los burgueses, lo mismo los conservadores que los ultrademócratas, competían a lanzar difamaciones contra él. Marx apartaba todo esto a un lado como si fueran telas de araña, no hacía caso de ello; sólo contestaba cuando la necesidad imperiosa lo exigía. Y ha muerto venerado, querido, llorado por millones de obreros de la causa revolucionaria, como él, diseminados por toda Europa y América, desde la minas de Siberia hasta California. Y puedo atreverme a decir que si pudo tener muchos adversarios, apenas tuvo un solo enemigo personal. Su nombre vivirá a través de los siglos, y con él su obra.

14ª Etapa: LA ETAPA ROTA/ 6 y...

¿Seréis capaces de recomponer unos trozos, de ensamblar unas piezas, de remendar unos fragmentos rotos y dispersos? ¿tendréis agujas y hilos figurados capaces de ir cosiendo, uniendo unos pedazos destrozados?

Vamos a verlo; vamos a ir viéndolo.

Empezábamos de este modo con las dos primeras piezas::

1.-

Un hombre que vive en una situación terrible, en una sociedad opresiva, tiránica, en un mundo absolutamente despótico y angustiado … y él, y solo él, parece consciente de esa dramática realidad.

2.-

Y eso que todo había comenzado mucho antes, unos cuantos siglos atrás, en una isla tan lejana como maravillosa…

Y entonces, se definió la TAREA, la primera tarea: buscar y encontrar a ese hombre referido.

Seguíamos de esta manera

3.-

Originariamente ese hombre estaba llamado a ser el último hombre…

4.-

…y lo que había comenzado en una isla maravillosa, se ha transformado precisamente en su opuesto; en el recordatorio de una amenaza, una premonición, en una advertencia, en el peor de los mundos…

Y la tarea seguía siendo la misma … encontrar a ese hombre…

Y aparecieron unos fragmentos más:

5.-

un año … importante, célebre, …y juguetón, revoltoso en sus cifras …

6.-

Ya se nos había anunciado … y ahora aparece otro hombre, relacionado con el anterior, con el primero… Indio pero no del todo y además sin plumas, que anduvo por Indonesia sin ser indonesio, por París sin ser francés, por Barcelona sin ser catalán ni español … escurridizo como pocos, hasta se cambió el nombre…


y entonces, la TAREA empezó a cambiar, a ampliarse: ya no solo buscamos a un hombre sino que ahora además buscamos a otro. Dos hombres se convertían en el nuevo objeto de búsqueda.

Y más piezas, más fragmentos:



7.-

Una declaración, … unas normas, unos mandamientos…

8.-… ¿y qué puede ocurrir cuando esa declaración se escribe, aparece escrita, y todos los que están vinculados con ella y en ella no saben leer?
Pues, sin duda, alguna, problemas…y más aún cuando solo uno sabe leer y encima es un burro



Y dos fragmentos más…


9.-

Para encontrar al primer hombre, el que estaba llamado a ser el último…

Una habitación, terrible, donde nunca se apaga la luz, de donde no se sale como se entra…


10.-

Y para hallar al segundo, muy relacionado con el anterior, como un padre se enlaza con su hijo…

Criticado a derecha e izquierda; para unos, un peligroso izquierdista; para otros, un retrógrado recalcitrante…



Y terminando como estamos los dos fragmentos de hoy…



11.-

Un hombre, otro hombre, un tercer hombre, que nació en una isla y murió en otra, y que construyó a sangre y fuego el último gran imperio europeo, nos brinda un nombre que no tiene, por supuesto, en exclusiva.

12.-

Recortes que no son recortes sino ajustes; ejércitos que no son ejércitos sino fuerzas de pacificación, garantías para unos derechos que son en realidad limitaciones de esos mimos derechos … ¿cuánto falta para que el odio sea el amor, la paz la guerra, y la esclavitud la libertad?



La TAREA, se mantiene constante: buscamos dos hombres, aunque otros que no son hombres, ni humanos siquiera están a la vuelta de la esquina, muy cercanos, rondándonos…



Por cada pieza que aparezca del puzle, se permiten dos respuestas a todo explorador-aventurero-concursante.

Las respuestas tienen que ir debidamente documentadas y justificadas




PUNTUACIONES:

Acertar en este momento, cuando solo tenemos una respuesta correcta, un aventurero-explorador ha resuelto prodigiosamente la búsqueda: 40 puntos.

Respuestas incorrectas pero debidamente justificadas y documentadas: 5 puntos


PRÓXIMAS PIEZAS ( las últimas, junto a la recapitulación de la etapa y una última e inquietante cuestión…): el viernes 27 de abril, 20:00 horas, y por tanto, PLAZO para las nuevas respuestas: ése mismo, hasta 27 de abril, 19:59 horas.



El hombre de las tormentas

Finalmente me di cuenta que este hombre de genio ha nacido para el tumulto y las tormentas, dijo D. HUME de alguien que conoció, al que admiró y con quien convivió un tiempo que se presumía largo y fecundo y resultó finalmente breve y turbulento…

Y sin embargo, de ese mismo hombre hizo el siguiente retrato:

Este hombre el más singular de los seres humanos me ha dejado por fin; y tengo muy pocas esperanzas de poder disfrutar mucho de su compañía en el futuro, aunque él dice que si me establezco en Londres o en Edimburgo, hará un viaje a pie todos los años para visitarme.
(…) Estaba desesperadamente resuelto a recluirse en soledad, a pesar de todas mis advertencias; y preveo que será infeliz en una situación así, igual que lo ha sido siempre en todas las situaciones. Estará allí sin ocupación, sin compañía y sin entretenimiento de ninguna clase.
Ha leído muy poco a lo largo de su vida, y ahora ha renunciado a toda lectura; ha visto muy poco y no tiene ningún tipo de curiosidad por ver u observar. Propiamente hablando, ha reflexionado y estudiado muy poco y, desde luego, no tiene mucho conocimiento. Durante toda su vida se ha limitado a sentir; y en este aspecto su sensibilidad se eleva a un nivel que va más allá de cualquier otro ejemplo que yo he visto. Sin embargo, esta sensibilidad le hace más susceptible de sentir dolor que de sentir placer; es como un hombre que hubiera sido despojado, no sólo de sus vestidos, sino también de su piel, y que en esta situación se dispusiera a combatir los crudos y tormentosos elementos que constantemente perturban este mundo inferior.

(…) Ahora entiendo perfectamente su aversión al trato social, cosa que pudiera parecer sorprendente en un hombre tan bien dotado para disfrutar de los placeres de la vida de sociedad, y que la mayor parte del mundo considera que es una afectación.
Padece frecuentes y largos ataques de melancolía, provenientes de su condición mental o corporal –llámela usted como quiera– y de su extremada sensibilidad de temperamento. Durante esos estados depresivos, el estar en compañía es un tormento para él. Cuando recobra los ánimos, la salud y el buen humor, su propia imaginación le proporciona una ocupación tan intensa y grata, que le disgusta que le saquen de ella.
Ha llegado a decirme que incluso el escribir libros, como limita y restringe su fantasía a un solo asunto, no le resulta un entretenimiento agradable. Nunca volvería a escribir nada más; y nunca hubiera escrito en absoluto, si hubiese sido capaz de dormir por las noches. Pero por lo común las pasa en vela; y para evitar aburrirse, suele componer alguna cosa que anotó al levantarse por la mañana. Me asegura que compone muy despacio y con gran trabajo y dificultad.
Es por naturaleza muy modesto, e incluso ignorante de su propia superioridad. Su pasión, que con frecuencia surge en la conversación, es suave y moderada; jamás es arrogante y dominante en lo más mínimo; y es, desde luego, uno de los hombres mejor educados que he conocido.

D. HUME, Carta al reverendo H. BLAIR, 25 de marzo de 1776



¿Y quién es este hombre de las tormentas?

Él mismo, una y otra vez, escribe sobre sí mismo:



Me acerco al término de mi vida y no he hecho ningún bien sobre la tierra. Tengo las intenciones buenas pero hacer el bien no es siempre tan fácil como se piensa. Concibo una nueva clase de servicio que hacer a los hombres: ofrecerles la imagen fiel de uno de ellos para que aprendan a conocerse. (1)

Nacido en una familia en que reinaban las buenas costumbres y la piedad, educado luego con dulzura por un sacerdote lleno de sabiduría y de religión, desde mi más tierna infancia recibí principios, máximas –otros dirán prejuicios- que nunca me han abandonado del todo. Niño aún y entregado a mí mismo, atraído por las caricias, seducido por la necesidad, me hice católico, pero siempre permanecí cristiano, y ganado pronto por la costumbre, mi corazón se vinculó sinceramente a mi nueva religión. Las enseñanzas, los ejemplos de madame de Warens me afirmaron en ese vínculo. La soledad campesina en que pasé la flor de mi juventud, el estudio de buenos libros a que me entregué pro entero, reforzaron a su lado mis disposiciones naturales para los sentimientos afectuosos y me hicieron devoto casi a la manera de Fenelón. La meditación en el retiro, el estudio de la naturaleza, la contemplación del universo fuerzan a un solitario a lanzarse incesantemente hacia el autor de las cosas y a buscar con su dulce inquietud el fin de todo cuanto ve y la causa de todo cuanto siente. Cuando mi destino me arrojó en el torrente del mundo, ya no volví a encontrar nada que pudiese agradar por un momento mi corazón.
(…)
Desde mi juventud me había fijado esa época de los cuarenta años como el término de mis esfuerzos por ascender y el de mis pretensiones de todo género. Totalmente resuelto, una vez alcanzada esta verdad y en la situación en que me encontrase, a no debatirme más para salir ella y a pasar el resto de mis días viviendo al día la jornada sin ocuparme del porvenir. Llegado el momento cumplí ese proyecto sin pena y pese a que entonces mi fortuna pareció querer tomar un asiento más fijo, renuncié no solo sin pesar sino con placer auténtico. Al librarme de todos aquellos sueños, de todas aquellas vanas esperanzas, me entregué por entero a la incuria y al reposo del espíritu que en mí fue siempre el gusto dominante y mi inclinación más duradera. Abandoné el mundo y sus pompas, renuncié a todo ornato: nada de espada, reloj, medias blancas, dorados ni peinados, una simple peluca, un buen vestido de paño grueso, y mejor que todo esto, desarraigué de mi corazón las codicias y apetencias que dan mucho valor a todo cuanto abandonaba. Renuncié al puesto que entonces ocupaba, para el que en modo alguno estaba dotado, y me puse a copiar música a tanto la página, ocupación por la que siempre había tenido un gusto decidido.
No limité mi reforma a las cosas exteriores. Sentí que aquella exigía además otra, más penosa sin duda, pero más necesaria, en las opiniones, y resuelto a no hacerlo en dos veces, comencé a someter mi interior a un examen severo que lo fijase para el resto de mi vida tal como quiero encontrarlo a mi muerte.
Una gran revolución que acababa de operarse en mí, un mundo moral distinto que se revelaba a mis miradas, los insensatos juicios de los hombres cuya absurdidad, sin prever todavía cuándo sería su víctima, comenzaba a sentir, la necesidad siempre creciente de otro bien que la vanagloria literaria cuyo vapor nada más alcanzarme me había disgustado, el deseo, en fin, de trazar para el resto de mi carrera una ruta menos incierta que aquella por la que acaba de pasar la mitad más bella, todo me obligaba a esa gran revisión cuya necesidad sentía desde hacía largo tiempo. La emprendí, pues, y no descuidé nada de cuanto de mí dependía para ejecutar bien la empresa.
Es en esa época en la que puedo datar mi entera renuncia al mundo y este gusto vivo por la soledad que no me ha abandonado desde esos tiempos.
(…)
Heme aquí en la madurez de la edad, en toda la fuerza del entendimiento. Ya toco el declinar. Si espero todavía, no tendré en mi deliberación tardía el goce de todas mis fuerzas; mis facultades intelectuales habrán perdido ya su actividad, haré peor lo que hoy puedo hacer lo mejor posible; aprovechemos este momento favorable; es la época de mi reforma externa y material, que sea también la de mi reforma intelectual y moral. Fijémonos de una vez por todas mis opiniones, mis principios, y seamos para el resto de mi vida lo que habría encontrado deber ser después de haber pensado bien.
(…)
Desde entonces, tranquilo en los principios que había adoptado tras una meditación tan larga y pensada, le he hecho regla inmutable de mi conducta y de mi fe, sin inquietarme más por objeciones que no hubiese podido resolver ni por las que no hubiese podido prever y que nuevamente se presentaban de cuando en cuando a mi espíritu…. No; vanas argumentaciones no destruirán jamás la conveniencia que percibo entre mi naturaleza inmortal y la constitución de este mundo y el orden físico que en él veo reinar. En el orden moral correspondiente, cuyo sistema es el resultado de mis búsquedas, encuentro los apoyos que necesito para soportar las miserias de mi vida. En cualquier otro sistema viviría sin recursos y moriría sin esperanzas. Sería la más desgraciada de las criaturas. Mantengámonos, pues, en este que basta, él solo, para hacerme feliz a despecho de la fortuna y de los hombres.
(…)
¿No parecen, esta deliberación y la conclusión que deduje, haber sido dictadas por el cielo mismo a fin de prepararme para el destino que me aguardaba y para ponerme en situación de soportarlo? ¿En qué me habría convertido, en qué me convertiré todavía, en medio de las angustias horribles que me esperaban y de la increíble situación a que me veo reducido para el resto de mi vida si, sin refugio donde poder escapar a mis implacables perseguidores, sin compensación por los oprobios que me han hecho enjugar en este mundo y sin esperanza de obtener jamás la justicia que me era debida, me hubiera visto entregado todo entero a la más horrible suerte que en la tierra haya experimentado mortal alguno? Mientras tranquilo en mi inocencia, no imaginaba más que estima y benevolencia para mí entre los hombres; mientras mi corazón abierto y confiado se desahogaba con los amigos y los hermanos, los traidores me enlazaban en silencio con redes forjadas en el fondo de los infiernos. Sorprendido por las más imprevistas de todas las desgracias y las más terribles para un alma orgullosa, arrastrado por el fango sin nunca saber por quién ni por qué, hundido en un abismo de ignominia, envuelto en horribles tinieblas a cuyo través no percibía sino objetos siniestros, con la primera sorpresa fui derribado y jamás me habría repuesto del abatimiento en que me arrojó esta clase imprevista de desgracias si no me hubiera provisto de antemano de fuerzas para levantarme en mis caídas. (2)

Me pintaré sin disimulo ni modestia a vos tal cual yo me veo, y tal cual soy, porque de pasar mi vida conmigo debo conocerme, y veo por la forma en que los que piensan que me conocen interpretan mis acciones y mi conducta, que no me conocen nada. Nadie en el mundo me conoce más que yo. De ello juzgaréis cuando haya dicho todo.

No me devolváis, señor, mis cartas, os lo suplico. Quemarlas, porque no merece la pena guardarlas, al menos por lo que a mí respecta. No penséis, por favor, en retirar las que están en manos del señor Duchesne. Si hubiera que borrar del mundo las huellas de todas mis locuras, habría demasiadas cartas que retirar y no moveré para ello un dedo. Entre cargos y descargos, me temo ser visto tal cual soy. Conozco mis grandes defectos, y siento vivamente todos mis vicios. Con todo, moriré lleno de esperanza en el Dios supremo, muy convencido de que, de todos los hombres que he conocido en mi vida, ninguno fue mejor que yo. (3)




(1) Mi retrato
(2) Las ensoñaciones de un paseante solitario, Tercer paseo.
(3) Carta a Malesherbes, 4 de enero de 1762
Obras de Jean Jacques ROUSSEAU

14ª Etapa: LA ETAPA ROTA/5

¿Seréis capaces de recomponer unos trozos, de ensamblar unas piezas, de remendar unos fragmentos rotos y dispersos? ¿tendréis agujas y hilos figurados capaces de ir cosiendo, uniendo unos pedazos destrozados?



Vamos a verlo; vamos a ir viéndolo.


Empezábamos de este modo:


TAREA: De momento, y para empezar… parece que buscamos a un hombre…


Y tenemos las dos primeras piezas, los dos primeros fragmentos:

1.-


Un hombre que vive en una situación terrible, en una sociedad opresiva, tiránica, en un mundo absolutamente despótico y angustiado … y él, y solo él, parece consciente de esa dramática realidad.

2.-


Y eso que todo había comenzado mucho antes, unos cuantos siglos atrás, en una isla tan lejana como maravillosa…

Seguíamos de esta manera

3.-


Originariamente ese hombre estaba llamado a ser el último hombre…


4.-


…y lo que había comenzado en una isla maravillosa, se ha transformado precisamente en su opuesto; en el recordatorio de una amenaza, una premonición, en una advertencia, en el peor de los mundos…

Y hasta ahora la tarea seguía siendo la misma … encontrar a ese hombre referido…

Y aparecieron unos fragmentos más:

5.-


un año … importante, célebre, …y juguetón, revoltoso en sus cifras …


6.-


Ya se nos había anunciado … y ahora aparece otro hombre, relacionado con el anterior, con el primero… Indio pero no del todo y además sin plumas, que anduvo por Indonesia sin ser indonesio, por París sin ser francés, por Barcelona sin ser catalán ni español … escurridizo como pocos, hasta se cambió el nombre…


y entonces, la TAREA empezó a cambiar, a ampliarse: ya no solo buscamos a un hombre sino que ahora además buscamos a otro.

Y dos nuevas piezas, dos nuevos fragmentos:


7.-


Una declaración, … unas normas, unos mandamientos…



8.-… ¿y qué puede ocurrir cuando esa declaración se escribe, aparece escrita, y todos los que están vinculados con ella y en ella no saben leer?


Pues, sin duda, alguna, problemas…y más aún cuando solo uno sabe leer y encima es un burro


La TAREA, de momento, se mantiene: dos hombres … relacionados…



Y hoy, dos fragmentos más…



9.-


Para encontrar al primer hombre, el que estaba llamado a ser el último…
Una habitación, terrible, donde nunca se apaga la luz, de donde no se sale como se entra…






10.-


Y para hallar al segundo, muy relacionado con el anterior, como un padre se enlaza con su hijo…
Criticado a derecha e izquierda; para unos, un peligroso izquierdista; para otros, un retrógrado recalcitrante…

Por cada pieza que aparezca del puzle, se permiten dos respuestas a todo explorador-aventurero-concursante.
Las respuestas tienen que ir debidamente documentadas y justificadas

Y habrá más…




PUNTUACIONES:


Acertar en este momento, cuando ya tenemos una respuesta correcta, un aventurero-explorador ha resuelto prodigiosamente la búsqueda: 50 puntos.
Respuestas incorrectas pero debidamente justificadas y documentadas: 5 puntos


PRÓXIMAS PIEZAS ( que ya están esperando preparadas…): el miércoles 25 de abril, 20:00 horas, y por tanto, PLAZO para las nuevas respuestas: ése mismo, hasta 25 de abril, 19:59 horas.





14ª Etapa: LA ETAPA ROTA/4

¿Seréis capaces de recomponer unos trozos, de ensamblar unas piezas, de remendar unos fragmentos rotos y dispersos? ¿tendréis agujas y hilos figurados capaces de ir cosiendo, uniendo unos pedazos destrozados?



Vamos a verlo; vamos a ir viéndolo.






Empezábamos de este modo:


TAREA: De momento, y para empezar… parece que buscamos a un hombre…


Y tenemos las dos primeras piezas, los dos primeros fragmentos:






1.-


Un hombre que vive en una situación terrible, en una sociedad opresiva, tiránica, en un mundo absolutamente despótico y angustiado … y él, y solo él, parece consciente de esa dramática realidad.

2.-


Y eso que todo había comenzado mucho antes, unos cuantos siglos atrás, en una isla tan lejana como maravillosa…


Seguíamos de esta manera


3.-


Originariamente ese hombre estaba llamado a ser el último hombre…

4.-


…y lo que había comenzado en una isla maravillosa, se ha transformado precisamente en su opuesto; en el recordatorio de una amenaza, una premonición, en una advertencia, en el peor de los mundos…




Y aparecieron unos fragmentos más:


5.-


un año … importante, célebre, …y juguetón, revoltoso en sus cifras …

6.-


Ya se nos había anunciado … y ahora aparece otro hombre, relacionado con el anterior, con el primero… Indio pero no del todo y además sin plumas, que anduvo por Indonesia sin ser indonesio, por París sin ser francés, por Barcelona sin ser catalán ni español … escurridizo como pocos, hasta se cambió el nombre…






y entonces, la TAREA empezó a cambiar, a ampliarse: ya no solo buscamos a un hombre sino que ahora además buscamos a otro.






Y dos nuevas piezas, dos nuevos fragmentos:


7.-


Una declaración, … unas normas, unos mandamientos…






Podría ser entonces,


Las TABLAS DE LA LEY, de Moisés… Sí, podría ser.. pero no lo es, porque no son diez


O la DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS de la ONU … Sí, podría ser.. pero no lo es, porque no son humanos los que aparecen referidos en ella.






8.-
… ¿y qué puede ocurrir cuando esa declaración se escribe, aparece escrita, y todos los que están vinculados con ella y en ella no saben leer?


Pues, sin duda, alguna, problemas…y más aún cuando solo uno sabe leer y encima es un burro






La TAREA, de momento, se mantiene: dos hombres … relacionados…










Por cada pieza que aparezca del puzle, se permiten dos respuestas a todo explorador-aventurero-concursante.


Las respuestas tienen que ir debidamente documentadas y justificadas






Pero esto no va a terminar aquí…














PUNTUACIONES:

Acertar en este momento, con cuatro piezas ya, el objeto de búsqueda: 70 puntos.
Primera respuesta para cada una de las piezas-pistas, aun no dando la respuesta correcta pero estando debida y correctamente documentada: 10 puntos
Y simplificamos: resto de respuestas debidamente justificadas: 5 puntos
PRÓXIMAS PIEZAS (si las hubiera...): el domingo 22 de abril, 20:00 horas, y por tanto, PLAZO para las nuevas respuestas: ése mismo, hasta 22 de abril, 19:59 horas.